Amar a los demás puede ser más fácil que amarnos a nosotros mismos… pero la verdad es que el amor propio es la raíz de todo. Cuando aprendes a respetarte, cuidarte y valorarte, tu vida se transforma y tus relaciones también. Te invito a leer este blog y recordar que el amor más importante empieza en ti.
Es increíble la cantidad de desamor hacia nosotros mismos que podemos llegar a acumular a lo largo de la vida. A veces pareciera que nos convertimos en nuestro propio enemigo: nos hablamos con dureza, minimizamos nuestros talentos y dones, nos comparamos con los demás, abandonamos nuestros sueños, dejamos de creer en lo que somos capaces y sostenemos hábitos que nos enferman. Incluso, permanecemos en trabajos que nos drenan o en relaciones que nos lastiman.
Pero… ¿de dónde nace todo eso?
Tal vez de las heridas más profundas de nuestra historia, de aprendizajes inconscientes de la infancia, de la ausencia de un ejemplo de amor propio o de experiencias que nos hicieron creer que no éramos suficientes. El origen puede ser diverso, pero el efecto es el mismo: desconexión con nuestro ser esencial.
Mientras descubres de dónde provienen esas raíces, quiero dejarte una invitación sencilla y poderosa: ¡Ámate!
Ámate aunque duela, aunque tu mente te diga que no puedes, aunque el miedo te detenga. Ámate con la misma entrega con la que amas a los demás. Haz de ti tu mejor compañía, tu refugio y tu mayor prioridad. Eres un ser digno y merecedor de amor, especialmente del tuyo propio.
Silencia esa voz que te repite lo contrario, escucha la voz de tu alma, y permítete llenarte de ternura.
✨ Aquí te comparto tres claves para empezar a cultivar esa relación de amor contigo:
Trátate con respeto.
No importa lo difícil de la situación que vivas, lo mínimo que puedes ofrecerte es respeto. Deja de ser tu propio agresor interno. Háblate bonito, háblate con amor.
Sé gentil contigo.
No vinimos con un manual de instrucciones para vivir. Estás aprendiendo y está bien equivocarse. Trátate con la misma compasión que le darías a tu niña o a tu niño interior, porque dentro de ti siguen habitando y esperan tu ternura.
Sana tu niña(o) interior.
El adulto que eres hoy refleja las heridas y aprendizajes de tu infancia. Ahí está la clave para recuperar la autoestima y restaurar el amor propio. Volver a abrazar a esa niña(o) herida(o) es un acto sanador que cambia la vida.
Recuerda: Amarte es el inicio de todo. Desde ahí puedes crear vínculos más sanos, tomar decisiones más conscientes y vivir una vida alineada con tu esencia.
Con amor y luz, Anlly 🌷
Coach, Terapeuta Holística y Tallerista Empresarial
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